Maialen Marin-Lacarta, traductora de «La ciudad fronteriza», habla de su trabajo y de literatura china
Maialen Marin-Lacarta es traductora de chino y participará el 18 de diciembre, lunes, en el club de lectura Léete China que organiza el Instituto Confucio de Madrid en colaboración con la biblioteca Eugenio Trías en el Retiro. Maialen Marin-Lacarta nos va a presentar la novela La ciudad fronteriza de Shen Congwen (沈从文).
Maialen, cuéntanos algo de ti: ¿cómo empezaste a traducir chino?
Mi primera traducción fue un relato de Shen Congwen titulado Calma que publiqué con Alpha Decay en 2010. En esa época yo cursaba el doctorado de sinología en París, había vivido y estudiado en Pekín y me apasionaba la literatura china moderna y contemporánea. Un profesor me animó a escoger un relato y me puso en contacto con la editorial, así di mis primeros pasos como traductora. Desde entonces compagino mi carrera académica en la universidad con la traducción de literatura china al castellano y al euskera.
¿Cómo surgió el proyecto de traducir La ciudad fronteriza?
Después de haber traducido Calma de Shen Congwen, el siguiente reto lógico era traducir su obra maestra: La ciudad fronteriza. Sin embargo, como estaba ocupada con el doctorado, no me propuse buscar editorial hasta que Ediciones Bellaterra contactó conmigo proponiéndome traducir la novela. Supongo que pensaron en mí para la traducción porque conocía la obra del autor y había traducido un relato suyo. Me embarqué en este trabajo con mucho entusiasmo, lo sufrí y lo disfruté a partes iguales.
«Me embarqué en este trabajo con mucho entusiasmo, lo sufrí y lo disfruté a partes iguales.»
¿Hay algún aspecto de la novela que te haya impactado personalmente?
Es una novela que como lectora me parece una delicia. Los personajes me cautivaron desde el principio. Creo que Shen Congwen tiene una capacidad incomparable de presentar a los personajes de sus obras a través de sus acciones y diálogos, en vez de describirlos a conciencia. Lo hace de una forma natural y auténtica. Nos los va descubriendo paulatinamente, como cuando conoces a alguien por primera vez. El abuelo, por ejemplo, es un personaje franco, entero, con una moral intachable, pero que se calla muchas cosas. Los silencios en la novela también cobran protagonismo. Otro aspecto de su obra que me impacta son las descripciones pictóricas del paisaje, no hay más que abrir la primera página del libro para ser testigos de su talento.
«Nos los va descubriendo paulatinamente, como cuando conoces a alguien por primera vez.»
¿Qué consejos darías a los lectores para acercarse a la literatura china y apreciarla plenamente?
La literatura en lengua china es inacabable. Creo que mi consejo para los lectores que aún no la conocen bien sería acercarse a ella a través de géneros literarios que ya acostumbren a leer y con los que disfruten. Es decir, creo que un lector aficionado a la ciencia ficción debería empezar por Liu Cixin. En cambio, un lector aficionado a la novela intimista podría leer a Gao Xingjian y alguien que disfrute con obras surrealistas a Dorothy Tse. Cada lector es diferente y en la literatura en chino hay para todos los gustos.
¿Cómo has logrado capturar el estilo único y la belleza lírica de la prosa de Shen Congwen en tu traducción?
He sido muy rigurosa con el ritmo de la frase, que creo que en Shen Congwen es esencial, aunque probablemente el lector no se dé cuenta de esto. Creo que el ritmo es una cualidad única que hace que podamos llamar a su escritura «prosa lírica» como mencionas. El ritmo marca el texto a todos los niveles, en las descripciones, en los diálogos (muchas veces repletos de refranes con ritmo y rima) y en las canciones que aparecen en la novela.
«Creo que el ritmo es una cualidad única que hace que podamos llamar a su escritura prosa lírica»
¿Qué aspectos de Shen Congwen como autor y su obra lo hacen relevante y atractivo para los lectores contemporáneos?
Además de lo que ya he mencionado dentro de los aspectos que me apasionan de su escritura, añadiría que es una ventana a una China rural que está desapareciendo y que esto puede atraer a lectores contemporáneos (tanto chinos como españoles). No por su exotismo, sino por la manera en la que nos la presenta Shen Congwen. Creo que nos recuerda la importancia de los valores y las tradiciones, no solo las chinas, sino las de todas partes del mundo. A mí el capítulo de las regatas de los botes de dragón me transporta por ejemplo a las regatas de traineras de mi San Sebastián natal y Esmeralda, la protagonista, me transmite la ilusión de cualquier niña que se sumerge en una festividad local.
¿Hubo alguna parte de la novela que requiriera una adaptación cultural significativa para ser más comprensible para el público de habla hispana?
Si con adaptación cultural entendemos el reemplazo de referencias culturales extranjeras por referencias locales esto iría en contra de mis principios de abrir la mente del lector. Sin embargo, sí que hay muchas referencias culturales e históricas. En particular, hay dos canciones populares en el capítulo ocho en las que tuve que poner varias notas al pie para explicar quiénes son personajes históricos y mitológicos como Guan Yu, Yuchi Gong, el viejo Zhang Guo, Tieguai Li, etcétera. Estas referencias no impiden al lector entender la novela y las notas enriquecen el contexto. Por poner un ejemplo, es como si en una novela vasca apareciera de repente una canción popular en la que se nombran varios seres mitológicos vascos. Es probable que un lector de Madrid también tuviera que recurrir a información adicional para entender todos los matices de la canción. En mi traducción he tratado de abastecer al lector con la información suficiente, pero sin abrumarlo con demasiadas notas.
Convocatoria del club de lectura Léete china:
- Día: lunes, 18 de diciembre.
- Hora: 19:00 horas
- Dónde: en la biblioteca Eugenio Trías del parque de El Retiro
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