
El Instituto Confucio de Madrid celebra el Año Nuevo chino en «Échale Papas»
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El equipo de «Échale Papas» y del Instituto Confucio de Madrid con las serpientes que llevamos de regalo
«No hay mejor escuela de radio que la que se hace con ganas». Y en eso, quienes conducen «Échale Papas» llevan la delantera. Si la radio es magia, aquí se reparte a puñados. Y si es alegría, basta con encender el micrófono para que el estudio de OMC Radio se llene de risas.
La ocasión lo merecía. Era 24 de enero y el Año Nuevo chino estaba a la vuelta de la esquina. Para desentrañar los misterios del calendario lunar, las tradiciones y los festejos, nos presentamos en el estudio con nuestro equipo al completo: la profesora Li, el profesor Zhao y nuestra coordinadora Ana. No faltaron preguntas ni respuestas ingeniosas. «¿Por qué se llama también el Festival de la Primavera?», lanzaron desde el micrófono. «Porque es el comienzo de la primavera», respondimos con la naturalidad de quien sabe que hay cosas que, aunque a veces no lo parezca, son lo que son.

Carlos y Mercedes, dos de los locutores de «Échale Papas»
El programa avanzó con el entusiasmo de quien tiene mucho que contar y no quiere dejarse nada en el tintero. Hablamos del barrio de Usera, la Chinatown de Madrid, y de su desfile multitudinario. «¿Cuántas comparsas participan?», preguntaron. «El año pasado fueron 1.500 personas», respondimos, entre cálculos y recuerdos. También explicamos por qué la serpiente, protagonista del nuevo año, es un «pequeño dragón» en la tradición china. «Es un año de sabiduría, intuición y transformación», desveló el profesor Zhao, antes de añadir con humor que el desfile será «como la cabalgata de Reyes, pero con más serpientes».
No faltaron anécdotas sobre la gastronomía. «¿Qué se come en Año Nuevo?», quisieron saber desde el otro lado del micrófono. «Pescado, porque significa abundancia; empanaditas, porque a casi todo el mundo le gustan». «No a todo el mundo», puntualizó alguien. «A las personas vegetarianas no». Risas.
También hablamos de la importancia de la familia y del respeto a las personas mayores, algo que, como dijimos en el programa, «quizás estamos perdiendo en España». Y, por supuesto, recordamos la tradición de los sobres rojos. «¿Por qué se da dinero en ellos?», preguntaron. «Para que los niños y niñas no crezcan, porque el mundo de las personas adultas es muy difícil», sentenció la profesora Li, con una mezcla de ironía y conocimiento.

El horóscopo chino de Elena es rata como la de Ana, nuestra coordinadora.
La conversación avanzó como avanzan las mejores charlas: con naturalidad y buen humor. «¿Cómo puedo saber mi signo del horóscopo chino?», preguntó Elena. «¿En qué año naciste?», quisimos saber. «En el 72». «Entonces eres rata, como yo», respondió Ana. «Eso es bueno», intervino alguien. «Bueno, si me dices que es bueno, lo abrazo», concedió nuestra coordinadora, entre risas.

Gemma y Jaime sonriendo felices en el programa
Llegando al final, hubo un momento para la reflexión. «¿Las actividades del Instituto Confucio están adaptadas para personas con discapacidad?». Silencio breve. «Es una asignatura pendiente», reconoció Ana. Porque la cultura es de todas y todos, pero a veces queda camino por recorrer. «Lo tomamos como un punto de mejora».

Mario al fondo en producción y Carlos a los micros
Antes de despedirnos, hubo agradecimientos. A Jaime, Elena, Mercedes y Carlos, quienes hicieron del programa un espacio de encuentro entre culturas. A Gemma y Mario, que desde la producción y realización pusieron todo a punto. Y, por supuesto, a la Fundación SER, que hace posible un proyecto radiofónico donde la inclusión es más que una palabra. «Nos gustaría veros por allí», dijimos invitando a los locutores y locutoras. «Venid al desfile, es precioso». Y sí, lo fue. Pero también lo fue este programa. Un rato de radio con todas las letras. Sin duda, la verdadera estrella del día.
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