Una noche de arte y reflexión con el maestro Lin Hao
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En una sala llena de entusiastas del arte, el maestro Lin Hao, figura destacada de la Asociación de Pintores y Calígrafos de China y la Academia Hanlin, ofreció una conferencia que fue mucho más que una clase magistral. Entre pinceles, tinta y palabras, la audiencia fue testigo de un encuentro profundo entre la tradición de la pintura china y los contrastes con la occidental.
El maestro dividió su exposición en tres partes: las características de la pintura china, las diferencias con la pintura occidental y, finalmente, la confluencia de ambas tradiciones. Desde los primeros minutos, capturó la atención con una reflexión: «Trabajando con el pincel y la tinta tenemos que crear ritmos y, al final del proceso, se reflejará el pensamiento y sentimiento del pintor».
Lin Hao explicó que el alma de esta tradición reside en las líneas. «La forma de las líneas es el alma de la pintura china. Su grosor, curvatura, flexibilidad y claridad reflejan el sentimiento del pintor y la vitalidad del objeto. Parece muy simple, pero es un reflejo natural del pensamiento y del sentimiento del pintor, y es algo más allá de las palabras». Sobre la dedicación que requiere la pintura china, enfatizó: «Si un pintor chino quiere hacer una obra de una orquídea necesita por lo menos 10 años».
«La forma de las líneas es el alma de la pintura china»
La pintura china, un arte único
La combinación de pintura con caligrafía y poesía, característica única de esta disciplina, fue ilustrada con ejemplos de su propia obra: «La pintura china suele combinarse con la caligrafía. La figura pintada suele ir acompañada por un poema y una firma, lo cual se ha convertido en una forma artística única».
Otro aspecto clave es el flujo en la obra, que destacó en dos niveles: «Hablando del flujo de la pintura china, hay dos aspectos: el flujo del movimiento del pincel y el flujo de toda la composición. Por ejemplo, tenéis que dejar un poco de espacio para que el aire fluya». Este concepto no solo aporta armonía a la obra, sino que también «es beneficioso tanto para quien lo crea como para quien lo contempla».
«Los espacios en blanco no son vacíos; son portales para la imaginación»
Encuentros y contrastes
En la segunda parte, Lin Hao exploró las diferencias con la pintura occidental. Señaló que, mientras esta última enfatiza la tridimensionalidad y el realismo mediante el uso de luz, sombra y proporciones, la pintura china busca transmitir sentimientos y estados del espíritu. «La pintura china se hace según la memoria, según lo que percibimos en la vida cotidiana. Eso da confianza para improvisar en el momento de pintar».
«La pintura china se hace según la memoria»
En cuanto al uso de colores, afirmó: «En la antigüedad, los colores eran muy preciosos porque se usaban piedras o plantas para hacerlos. Esto tiene que ver con la cultura. Los colores reflejan el pensamiento y el sentimiento del pintor».
El maestro también habló sobre el aprendizaje mutuo entre las tradiciones: «Picasso lleva 10 años aprendiendo y estudiando la pintura china, imitando el estilo de un pintor chino que se llama Qi Baishi».
La pintura como meditación
Durante su demostración en vivo, Lin Hao comparó el proceso de pintar con tocar el piano: «El proceso de escribir y pintar es como tocar el piano. Si tocas el piano con las manos, se llama tocar el piano, pero si lo haces con una escoba, no tiene ritmo. En la pintura china, el ritmo del pincel refleja el pensamiento y el sentimiento del pintor».
Cada movimiento, afirmó, debe ser preciso y natural, reflejando no solo la habilidad técnica, sino también la calma interior del artista: «El arte chino no solo embellece, también sana. Es beneficioso tanto para quien lo crea como para quien lo contempla».
«El arte chino no solo embellece, también sana»
Un cierre reflexivo
La conferencia concluyó con una invitación a la paciencia y la práctica: «No se trata de entenderlo todo de inmediato; el arte requiere tiempo. Si tienes la paciencia, significa que ya has llegado a un nivel».
Lin Hao también destacó la importancia de la imaginación en la pintura china: «En esta pintura no hay barcos ni hay pájaros, pero con la poesía podéis imaginar el barco y los pájaros. La pintura china no muestra todo, deja espacio para la imaginación».
Así, entre trazos y palabras, Lin Hao no solo pintó paisajes y objetos, sino también puentes entre culturas, dejando en cada asistente la inquietud de ver más allá de la imagen. Una noche inolvidable para el espíritu y la imaginación.
Os invitamos a ver toda la sesión en el vídeo que encabeza esta noticia.
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