El prof. Manuel Pavón participa en el Club de Lectura Léete China


Si te perdiste la presentación del profesor Manuel Pavón del libro «Contar nuevo de historias viejas» de Lu Xun, te ofrecemos ahora el vídeo en nuestro canal de YouTube. El profesor asociado de Literatura y Pensamiento Modernos de China en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) acudió al Club de Lectura Léete China el lunes 22 de mayo. Tanto si no pudiste acudir a la cita como si tuviste el placer de escuchar la ponencia del profesor, a continuación, destacamos algunos de los temas que se compartieron en la tarde.

Pavón comenzó su presentación compartiendo lo contento que estaba de ver la sala tan llena, teniendo en cuenta que se trata de una obra muy peculiar, y de poder hablar de ella en un espacio tan bonito como la Biblioteca de Eugenio Trías.

Para este profesor y traductor, cuyas áreas de interés son la traducción y circulación de la producción cultural china, la literatura y la historia intelectual de China en las épocas moderna y contemporánea, es indispensable conocer el contexto histórico en el que se publica la obra. «Contar nuevo de historias viejas» llegó a las librerías en enero de 1936, aunque el prólogo quedó escrito en diciembre de 1935. Se trata de una obra que condensa mucha de las cuestiones que preocuparon a Lu Xun durante sus años de mayor actividad intelectual. En aquella época estaba sucediendo la I Guerra Mundial que marcará el desarrollo de China en la primera mitad del siglo XX. China participa en la guerra no con efectivos militares sino con trabajadores que participan en labores de retaguardia, logística y producción. Un gran número de trabajadores chinos se desplazaron a Europa para realizar esas labores, y cuando acaba la I Guerra Mundial China esperaba un reconocimiento. Sin embargo, el Tratado de Versalles y las decisiones tomadas por Europa sobre la posesión de la península de Shandong generaron un conflicto entre Japón y China.

Europa había sido un modelo para seguir en lo político y lo social, pero tras la I Guerra Mundial para muchas personas esto cambia. El brillo de la civilización europea pierde lustre a los ojos de algunos chinos. Muchos de ellos volvieron a China horrorizados y giraron en su manera de pensar, sucediéndose una vuelta a las tradiciones, donde no solo se vivió un desencanto hacia Occidente, sino que también muchos intelectuales consideraron que la tradición es una fuente de renovación para el país, un ancla moral que puede permitir al país no perderse ante una situación de caos.

Sin embargo, otra parte de la intelectualidad china hace el paso contrario: frente a la humillación que recibió China, consideran que lo que había que hacer era pisar el acelerador de la modernización y las políticas culturales y sociales. Esta tendencia de empuje estará representada, sobre todo, por los estudiantes que formaron parte del movimiento del 4 de mayo, entre ellos Lu Xun.

Muchos de estos estudiantes del movimiento del 4 de mayo vivieron en el extranjero y venían con una serie de ideas renovadoras. Para ellos, compaginar tradición y modernidad es casi imposible, con excepción de algunos elementos o discursos que sí eran interesantes según su criterio y dignos de conservar, como el moísmo o pensamiento de Mo Zi. La crítica del movimiento estaba muy centrada, sobre todo, en la tradición confuciana. Esa crítica al confucianismo se materializó en el Movimiento de la Nueva Cultura, un movimiento que buscaba poner a China en los raíles de la modernización.

En 1915 se comienza a publicar la revista Nueva Juventud que se va a convertir en el bastión de este movimiento. Esta publicación defendía la reivindicación de la literatura como herramienta de cambio social y cultural y, por otro lado, la renovación del propio idioma chino para adecuarlo a la sintaxis de las lenguas europeas. Simplificar caracteres, cambiar estructuras, eran algunas de sus propuestas para facilitar la escritura y la alfabetización.

El primer relato de «Contar nuevo de historias viejas» se publicó en la revista de la Nueva Juventud y es precisamente un símbolo entre estos dos enfoques o paradigmas sobre la lengua. En este relato el diario del protagonista “loco” estaba escrito en lengua vernácula, para relacionarla con los locos que en realidad no están locos, al estilo del Quijote. El loco es el que realmente ve clara la situación del país.

Lu Xun fue un literato con una visión muy crítica, lo que quedó perfectamente reflejado en su obra «Gritos». La mayoría de las crónicas o estudios sobre Lu Xun tienen que ver con «Gritos» y, sin embargo, como cuenta Manuel Pavón «Contar nuevo de historias viejas» es considerada una obra menor. Pero por suerte tenemos una traducción al español.

En muchos casos, «Contar nuevo de historias viejas» trata de relatos folclóricos con un hilo narrativo fácil de entender. Además, el traductor, Laureano Ramírez, consigue transmitir este estilo de la época.

En muchos de los relatos, los personajes de letrados están vanagloriándose de lo mucho que saben, de lo importante que son, despreciando al pueblo por analfabetos… y sin embargo en varios relatos el pueblo llano muestra más sentido común y capacidad de clarividencia que los grandiosos letrados tan cultos y elevados.

Al finalizar la ponencia, Manuel Pavón destacó el valor universal de los relatos, como reflexiones generales sobre la humanidad.

El director del Instituto Confucio de Madrid, Andreas Janousch, fue el encargado de presentar y moderar esta decimoquinta sesión del Club de Lectura «Léete China».